Según se ha planteado en clase, los barrotes que tan genialmente ha dibujado Eneko pueden establecer el límite de dentro hacia fuera o de fuera hacia dentro. Pero ¿cuál es el interior y cuál el exterior? ¿Es la realidad la que rompe los barrotes del cuadro y entra en el interior de ese espacio bidimensional? ¿O es el producto de la imaginación y la técnica de un artista el que rompe los barrotes del cuadro para adentrarse en la realidad? Mi postura es intermedia. ¿Por qué no pensar que es el propio artista o el propio espectador el que desea romper esos barrotes como consecuencia del momento de principios del siglo XXI que estamos viviendo para dejar que ambas cosas coexistan? Quizás Eneko quiso decir que hoy en día no podemos ponerle límites al arte pues el primero que no tiene límites es el propio artista en cuanto a técnicas, materiales, procesos, conceptos y resultados y el espectador debe entenderlo así, que el arte está vivo y se mueve con los tiempos. Lo que empezó a medidados del siglo pasado con el detergente de Warhol a derivado en todo tipo de propuestas enriquecidas con las nuevas tecnologías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario